¿Te has hecho una permanente y quieres saber si puedes nadar en el mar o en la piscina?
Déjame ser absolutamente clara desde el principio.
- Antes de las 72 horas no debes mojar tu permanente con ningún tipo de agua. Ni agua salada, ni agua clorada, ni agua oxigenada, ni agua destilada.
- Nada de agua hasta que pasen las primeras 72 horas, que es cuando el nuevo patrón de rizo se estabiliza en tu cabello. Ni siquiera dos gotas de lluvia.
Si lo haces, despídete de tu permanente.
¿Quieres saber cómo sé todo esto?
Lamentablemente yo no sabía todo esto, mojé mi permanente el día siguiente de hacérmela, y mis rizos se fueron al demonio.
¿Quieres que te cuente mi triste historia?
Yo sé hay cosas peores, pero cuando te gastas doscientos dólares en una permanente, no quieres tirar tu dinero por la basura.
Claro que yo no sabía lo que el destino me tenía preparado el día que salí de la peluquería.
Mi historia comenzó con un cambio de look, y ese cambio, tiene un nombre: Gustavo.
- ¿Alguna vez has sentido que frente al chico por los que bebes los vientos, si pasa por tu lado Leonardo Di Caprio ni te voltearías a verlo?
- ¿Alguna vez has sentido que pierdes la noción del tiempo cuando él te habla, aunque las charlas giren en torno al automovilismo y el fútbol?
Entonces, podrás entenderme.
Solo me perseguía un fantasma: a mi chico le gustaban las chicas con rizos.
Así que decidí, que solo me separaba una cosa de mi conquista final: la falta de rizos.
¿Solución?
¡Hacerme una permanente!
¡Sí, ya sé que existen los rizadores! Pero, ¿lo has utilizado alguna vez?
Yo una sola vez, y ¡basta para mí!
Terminé con una tortícolis insoportable, los rizos se me deshicieron en dos segundos y además, unas cuantas quemaduras cerca de las orejas.
Así que me hice la permanente.
Y esa tarde, cuando llegué de la peluquería, un whatsapp me alegró el día. Pero cuando abrí el mensaje, la alegría desapareció.
Decía, “¿Quieres venir mañana a mi casa de campo? Vienen varios amigos y habrá piscina, barbacoa y mucha diversión”. Terminaba el mensaje con un emoji, ese que te guiña el ojo.
¿Por qué no me lo había dicho antes? Tuve ganas de responderle con el emoji de la carita enojada, pero me contuve. Y en su lugar, mandé los aplausos.
Por nada del mundo dejaría de ir. Porque dentro del grupo, también estaba Carola, la muy arpía, que no dudaría en aprovechar mi ausencia.
Así que al día siguiente, preparé mi bolso y me fui hacia la aventura.
Sabía que la ecuación permanente + agua con cloro = desastre, pero no podía perder la oportunidad de que Gustavo me viera con los rulos.
Cuando me vio, sé que se le cayeron las mandíbulas. Cuando me tomó un rizo y dejo que se deslizara entre sus dedos, sin dejar de sostenerme la mirada, supe que lo había conquistado definitivamente.
Había llevado un gorro de baño, para proteger mi permanente del agua de la piscina, pero cuando tu chico te mira como si fueras una diosa romana, es en lo menos que piensas.
Así que zambullida, tras zambullida, tras zambullida, fue pasando la tarde. Una tarde inolvidable, porque finalmente nos pusimos de novios, bajo la mirada atenta de Carola que echaba espuma por la boca.
El problema fue cuando llegué a mi casa y me lavé el cabello.
De mis bellas ondas surferas no quedaba casi nada. Pero además, tenía el cabello con mucho frizz, y cuando lo tocaba era una paja.
Volví a lavar mi cabello, y el resultado fue el mismo.
El agua de la piscina había arruinado definitivamente mi permanente. Y no había vuelta atrás.
Pero tú estás a tiempo de salvarla. Por eso, te contaré:
- Por qué no deberías meterte ni en la piscina ni en el mar inmediatamente después de hacerte la permanente.
- Qué puedes hacer si no tienes otra opción que nadar en el mar o en la piscina.
También te diré cómo reaccionó Gustavo cuando vio que mi permanente ya no estaba, ¿te lo vas a perder?
Tabla de Contenidos
Por qué debes evitar el agua de mar o clorada cuando te haces una permanente
Esa noche, después de llorar durante dos horas aproximadamente, me senté frente a mi computadora buscando repuestas. ¡Ojalá me hubiera acordado de San Google antes de meterme en la piscina con la permanente!
Pero voy a contarte lo que aprendí, porque no quiero que te pase lo mismo. Y además, porque no eres Carola.
- Los químicos que se utilizan durante la permanente tienden a dejar el cabello más poroso de lo que era antes, porque crean patrones de rizado, que elevan la capa de cutícula del cabello y permiten que la humedad entre y salga más fácilmente del tallo del cabello.
- El período de espera, esas famosas 72 horas, le da al cabello tiempo para «restablecerse» a su equilibrio más natural y permite que la capa de la cutícula se estabilice nuevamente.
- Esto significa que hasta que la capa de la cutícula se cierre por completo, cualquier cosa puede intervenir en el proceso de asentamiento de la permanente.
Los productos químicos utilizados en las piscinas, para acondicionar el agua y controlar el crecimiento de hongos y bacterias, como el cloro, pueden ser muy perjudiciales para el cabello en circunstancias normales.
Pero en una permanente, serán doblemente nefastos, porque se interrumpe el proceso, y el patrón de rizo no termina de fijarse.
Con el agua de mar, ocurre algo parecido. Antes de las 78 horas, no te recomiendo que nades en el agua salada. Porque además, solo conseguirás que tus rizos terminen enredados y con mucho frizz.
Ahora, ¿qué pasa si te encuentras en una situación como la mía, en la que no puedes evitar concurrir a la piscina o nadar en el mar?
¿Se te ocurre alguna solución?
Eso es lo que te contaré a continuación.
Cómo proteger tu permanente del agua clorada o de mar
Vuelvo a repetirlo, siempre es conveniente que no mojes tu permanente durante las primeras 72 horas. Pero, los “peros” existen, como fue mi caso.
¿Sabes cuál es mi mayor tristeza?
Que tuve la solución en las manos y no la aproveché.
Y esa solución, se llama gorro de baño, sí esos que usan en las competiciones de natación.Ese simple gorrito de plástico hubiera salvado mi permanente, pero mi coquetería enamorada, lo ignoró.
Ahora, existe una manera correcta de utilizarlo antes de ir a nadar cuando tienes una permanente recién hecha.
- Antes de colocarte el gorro, aplica un acondicionador sin enjuague en tu cabello, ya que este producto ayudará a sellar la humedad y los nutrientes.
- Sujeta tu cabello, en la parte superior de la cabeza, tomando los rizos en secciones de dos a tres a la vez, y empujándolos hacia tu cuero cabelludo como si fueran rodetes.
- Después, utiliza unas horquillas, y asegúralos lo más lejos posibles del cuello, ya que esto ayudará a mantener la forma de tus rizos.
- Finalmente, coloca el gorro de baño, comenzando desde la nuca, y jalando el gorro hacia adelante sobre el cabello, metiendo todo el cabello debajo de la gorra para protegerlo.
¿Quieres saber un secreto más?
Por más que utilices el gorro de baño, cuando nades en una piscina, utiliza un shampoo y un acondicionador especialmente diseñados para nadadores.
Sí, aunque no lo creas, existen los productos capilares especiales para nadadores, que tienen ingredientes para neutralizar los efectos del cloro.
Conclusiones
- Si puedes evitar el mar y la piscina durante las primeras setenta y dos horas, después de hacerte la permanente, estarás a salvo.
- Siempre cuando termines de nadar, enjuaga tu permanente con agua de grifo, para eliminar la sal o el cloro. Esto evitará que tus rizos se resequen.
- Y por último, si no tienes otra opción, usa un gorro de baño.
¿Quieres saber qué pasó con Gustavo el día siguiente de nuestra aventura en su casa de campo?
Me siguió mirando de la misma manera, que me miró cuando un rizo se deslizó entre sus dedos. Porque con o sin rizos, evidentemente soy la mujer de su vida.
¿Has nadado alguna vez con tu permanente recién hecha?
¿Cuáles fueron las consecuencias?